El combinado dirigido por Didier Deschamps peleará por su segundo título consecutivo tras firmar un balance de cinco victorias y una derrota. Ha marcado 13 goles y ha encajado cinco en sus seis encuentros.
Francia llegaba a esta Copa Mundial como una de las grandes favoritas para hacerse con el título, a pesar de que sus sensaciones en la pasada edición de la UEFA Nations League no habían sido buenas. Aun así, ha cumplido con las expectativas, superando la liguilla de grupos como primera clasificada y superando todas las eliminatorias a partido único sin llegar a la prórroga.
La vigente campeona afrontó un Grupo D donde se medía a Australia, Dinamarca y Túnez. De hecho, empezó goleando al combinado australiano (4-1), logró una importantísima victoria ante los daneses (2-1) y cayó frente a los tunecinos (1-0).
Sin embargo, esta derrota no supuso ningún contratiempo para los galos, ya que tenían asegurada matemáticamente su presencia en los octavos de final. Deschamps aprovechó este duelo para realizar varias rotaciones en el once titular y cambiar el esquema táctico, algo que no ofreció buenos resultados.
Las sensaciones que dejó Francia sobre el terreno de juego en esta liguilla de grupos fueron muy positivas, aunque necesitaba ajustar ciertos aspectos defensivos. Además, tanto Kyliam Mbappé como Olivier Giroud demostraron su buen nivel físico con tres y dos goles respectivamente.
Los octavos de final también fueron asequibles para los galos, que se enfrentaron a Polonia en un duelo sin grandes alicientes. La vigente campeona arrolló sin contemplaciones a su rival (3-1), que solo pudo batir la proteína rival después de que Robert Lewandowski transformara un penalti en el tiempo de descuento de la segunda mitad.
De nuevo, Mbappé fue el jugador más decisivo sobre el terreno de juego y con sus dos goles se colocaba como candidato para la Bota de Oro. Eso sí, su próximo oponente sería Inglaterra en los cuartos de final y este duelo podría ser una final anticipada.
El partido ha sido, sin ninguna duda, el mejor de esta Copa Mundial tanto por el ritmo frenético como porque ninguno de los equipos especuló con el resultado. El triunfo de Francia sobre los ingleses (1-2) fue merecido y sirvió para que presentase oficialmente su candidatura al título, sobre todo después de que Harry Kane fallara un penalti durante los últimos minutos del choque.
Las semifinales parecían bastante asequibles para la vigente campeona, que derrotó a Marruecos (2-0) con un marcador mucho más abultado de lo que se reflejó sobre el césped. El combinado africano plantó cara en todo momento y dominó en gran parte de las fases del encuentro, pero no tiene la efectividad ofensiva de Francia.
La gran noticia para los galos fue el partidazo de Antoine Griezmann, que ha dejado de lado su faceta goleadora para realizar unas labores defensivas impecables. Su omnipresencia sobre el terreno de juego permite que Mbappé apenas realice labores atrás y pueda centrarse en generar peligro cada vez que toca el esférico.